Por: Romamy Miranda Gutiérrez.
“La
violencia contra periodistas acota y aniquila la libertad de expresión, porque
un comunicador asesinado es un derecho fundamental liquidado”
Carmen Aristegui
HACEN
FALTA adjetivos
para expresar a total cabalidad la indignación que generan las reiteradas
agresiones a periodistas que se están perpetrando en todo el país. Periódicos,
estaciones de radio e incluso televisoras locales y regionales se están
convirtiendo en blanco constante para los grupos del crimen organizado, sin que
haya autoridad capaz de garantizar tanto el ejercicio del periodismo como el
derecho de la población a estar informada.
Es
lamentable que los periodistas sea un
grupo vulnerable de la sociedad porque hoy en día, carecen de las garantías
mínimas de protección para ejercer con libertad su labor de informar verazmente
a la sociedad.
Se
supone que para este problema fue creada
una Fiscalía Especial para la Atención y Persecución de los Delitos cometidos
en contra de Periodistas. Sin embargo, si se analiza con cuidado su actuación,
sería difícil encontrar un fiasco similar a lo largo del sexenio, al que
representa esta más que débil e incompetente instancia de procuración de
justicia.
Considero
que es un ente vulnerable aquel
periodista que no puede dar información, que simple y llanamente no
puede hablar de un asunto determinado, y
más cuando su vida está de por medio.
Debo
reconocer que gran parte de lo que nos está pasando lo hemos ganado a pulso, porque
hemos caído en los vicios de todas las profesiones, seguir el camino fácil.
Así como
hay ingenieros irresponsables que levantan puentes que se caen, como hay otros
profesionales brillantes, así también en nuestro gremio hay brillantes y
acuciosos periodistas que destapan cosas que no se sabían, también el
periodista tiene en sus manos la posibilidad de destruir honras,
únicamente con su pluma.
Seamos
sinceros y por increíble que parezca los
temas como libertad de expresión, libertad de prensa y agresiones a periodistas
no son parte de las conversaciones de
sobremesa entre presidentes de partidos, secretarios de Estado, coordinadores
de fracciones parlamentarias o gobernadores, salvo los casos en los que se habla de la calificación que instancias
internacionales le dan a México en estos temas.
Y las
pláticas finalmente se convierten en señalamientos, ironías y en el
mejor de los casos lamentaciones, y por desgracia el debate termina ahí. Nadie se pregunta
quiénes son esos periodistas o si acaso
cubrían algún tema que los exponía y en ocasiones sacan sus propias
conclusiones: “seguramente estaba involucrado con el crimen organizado” o peor
aún “qué bueno, todos los periodistas son pésimos”
¿Qué está
pasando con la sociedad mexicana en estos tiempos? ¿Por qué parece que no le
importa a los mexicanos?
Y se
puede resumir: “la falta de solidaridad
entre los mismos periodistas”
Cuando
se ha vistos que las grandes cadenas de televisión hayan apoyado las noticias
sobre las agresiones a los periodistas
de medios locales o de medios independientes, asimismo es raro encontrar en los
periódicos noticias sobre agresiones a periodistas de un periódico que no sea
el propio.
Por lo
tanto, esta información se queda a nivel local y no trasciende a los medios de
mayor penetración, lo que ha generado impunidad y que en los últimos 10 años solo en
14 casos se haya castigado a los responsables, según datos de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Una red
de 135 mujeres defensoras de los derechos humanos exigió el pasado 12 de
diciembre de este año, a las autoridades
mexicanas la "pronta presentación" de la periodista Zoila Edith
Márquez Chiu, cuyo paradero se desconoce desde el sábado pasado en el estado de
Zacatecas, centro del país.
La Red
aseguró que Zoila es la primera mujer periodista desaparecida este año y se
suma a la desaparición de los periodistas Sergio Landa, del Diario Cordel, en
Veracruz; Juan José García, técnico de Televisa en Chihuahua, y Gerardo Padilla
Blanquet, conductor de noticias en Grupo Radiofónico Radio Grande, de Coahuila.
Recordó que entre 2010 y 2012 fueron
asesinadas siete mujeres periodistas: María Elvira Hernández Galeana (Guerrero,
2010), Selene Hernández León (Estado de México, 2010), Ana María Yarce Viveros
(Distrito Federal, 2011), Rocío González (Distrito Federal, 2011), Yolanda
Ordaz (Veracruz, 2011), María Elizabeth Macías Castro (Tamaulipas, 2011), y
Regina Martínez (Veracruz, 2012).
En
Quintana Roo las autoridades no brindan
las garantías necesarias para que los periodistas hagan su trabajo de manera segura, son
agredidos, perseguidos y hostigados,
fue la manifestación generalizada del gremio que estuvo
presente en El Taller
de Autoprotección para Periodistas, que se llevó a cabo en el municipio
de Benito Juárez, los días 13 y 14 del
presente mes de diciembre.
El
evento organizado por La Casa de los
Derechos de los Periodistas conjuntamente con
Freedom House, tuvo como objetivo
principal dar pláticas en relación a la defensa y promoción de los
derechos de los periodistas, hizo hincapié en la importancia de la
capacitación y difusión de las garantías de este gremio, ya que la labor de
prevención es un elemento transcendental para generar un ambiente que
privilegie los derechos fundamentales y enarbole la dignidad humana.
La sede
del encuentro fue en la Universidad del Caribe, en donde la representante del
gremio estatal Graciela Machuca Martínez,
exhortó los asistentes a
capacitarse constantemente, a fundamentar y contextualizar sus informaciones,
así como a ser responsables y a no traicionar la confianza de la sociedad…..¡Upsss!
GUILLOTINA.
¿Será cierto que
el gobernador Roberto Borge Angulo está muy molesto con algunos directivos de la Unidad del Vocero en
Chetumal, por su mal actuar y por las
contantes notas publicadas en la Ciudad de
México, sobre la represión que tienen
los periodistas en Quintana Roo?
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