ME
EQUIVOQUE DE PROFESION
Por:
Romamy Miranda Gutiérrez
Por
la calle del "después" se llega a la plaza de "nunca".
Luis
Coloma
Meditando
¿DE
QUÉ O POR QUÉ?
Sale un mensaje en la televisión
al parecer patrocinado por la Cámara de Diputados. En él, se ven
diversos tipos de ciudadanos dándoles gracias por diferentes obras, gestiones y
trabajos realizadas por ellos en beneficio del pueblo.
Seguramente
mi IQ es muy bajo porque no alcanzo a
comprender ¿Por qué agradecer?
Lo que
deberían hacer los diputados son nuevos
promocionales donde ellos vayan a las comunidades rurales y a las zonas urbanas
marginales a pedirles perdón a los explotados, a los humillados y ofendidos:
primero por los insultantes sueldos que obtienen y enseguida por su incapacidad
para resolver los problemas nacionales.
Se
supone que todo lo que hacen es su obligación y a lo que se comprometieron
cuando pidieron sus votos y juraron sus cargos, velar por el bienestar del
pueblo. Me parece una demostración de la típica actitud cínica del estamento
político de nuestro país. Se comportan como caciques de película de la Época de
Oro del cine mexicano.
¡Le
damos gracias a los verdugos por flagelarnos, azotarnos, martirizarnos y hasta
por decapitarnos!
Faltará que les prendamos veladoras, les bailemos
danzas de agradecimiento y les llevemos ex-votos, como a los santos milagrosos.
Y en el Senado no les da vergüenza decir que están celebrando sesenta años del
voto de la mujer y que apenas hasta ahora se dieron cuenta que hacían falta
leyes para subsanar su situación.
Se
tardaron todo este tiempo en que les cayera el veinte y mientras tanto, las
mujeres se la pasaron como ciudadanas de segunda clase. Con salarios inferiores a los hombres, teniendo
la misma preparación, maltratadas por las mismas autoridades, (aún las femeninas),
que deberían de protegerlas a ellas y a sus hijos, fueran estas laborales,
policiales, civiles o penales.
Por
décadas, ser diputado o senador es un
premio de consolación, una dádiva, el inicio de una ampulosa carrera política,
prueba de amistad con el Poder Ejecutivo, señal de influyentísimo, impedimento
para ser detenido por cualquiera de sus excesos o pillerías, como el caso de la
LadydelSenadopor Quintana Roo, no
escribo su nombre porque me pueden meter a la cárcel como lo hizo con la
empleado de aerobús.
Insisto.
Ellos, diputados y senadores deben de
dar las gracias a los mexicanos por los suéldalos que reciben, por las
canonjías que disfrutan sin merecerlas.
Ahora resulta que la ONU premió a la Suprema Corte mexicana por
sus gestiones en la defensa de los derechos humanos…….¡¡¡¡What!!!!
¿Les habrá llegado a esos venerables dadores de
premios la información de la conducta delictiva contra su esposa o pareja e
hijos de ambos, de uno de los distinguidos miembros de ese altísimo tribunal?
Estoy
segura que ésta señora no le dará gracias a los diputados, ni celebrará los
sesenta años que conmemoran los senadores, pues aunque puede votar, de nada le
valió, la dejaron sola e indefensa ante
éste gandul. Entonces, me pregunto, ¿Gracias de qué o por qué?.....
Lo que
si es que me equivoqué de profesión,
debí ser diputada, senadora, asambleísta y luego cuando termine mi
cargo, a comenzar de nuevo: diputado,
senador… Al fin el requisito es tener la primaria o quizás más allá la
secundaria…. ¡Upsss!
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