lunes, 8 de febrero de 2016

MALA CONSEJERA ES LA SORDERA

MALA CONSEJERA ES LA SORDERA O LA CEGUERA SELECTIVA EN LA POLÍTICA

Por: Romamy Miranda Gutiérrez

“La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”.
George Orwell





UN VERDADERO asalto en despoblado que se justifica con la temporada de elecciones. Dinero suplementario para los participantes, que se las ingenian para obtener más de lo que honesta y legalmente les corresponde.


Las maquinarias partidistas apuestan a sepultar su descrédito con toneladas de propaganda que paga el erario público. Paradójicamente, ahí confinan los mensajes de lo que está mal, aunque nadie crea.
Y hay mucho más: miles y miles de horas de radio y televisión gratis, con millones de spots publicitarios que para las empresas significan un costo altísimo. Hay, sin duda, ideología y principios detrás de algunas luchas políticas, pero en muchas otras, simplemente, lo que se disputa es el poder y el dinero.

Hay otros temas que no dejan de llamar la atención a la hora de analizar las elecciones. Para cualquier trabajo se requieren requisitos mínimos de escolaridad, experiencia, en algunos casos edad. Entre más grande sea la responsabilidad, se exige una preparación mayor y un perfil más completo. Sin embargo, nuestros próceres y héroes nacionales que elaboraron la Constitución seguramente pensaron que ser gobernante o legislador no requería ningún esfuerzo ni era lo suficientemente importante porque sólo se pide edad y ciudadanía.

Recuerdo que, la  Confederación Nacional de Municipios de México (CONAMM) el año pasado,  señaló que 20% de los dos mil 400 presidentes municipales que hay en el país no tenía la capacidad para ejercer el cargo, o porque no tiene una carrera profesional terminada o porque ni siquiera sabía leer ni escribir. Esta cifra sería de por sí, suficiente para explicar por qué algunos municipios están como están.
Y para constatar lo que digo hay que darse una vuelta por los ayuntamientos de Quintana Roo.
Y cuando  se critica la falta de preparación de algunos candidatos e incluso de las propias autoridades del estado,  siempre se justifica que se pueden rodear de un equipo capaz que los ayuda a gobernar…. ¡What!

Lo peor es cuando pierden la vergüenza. Decían los clásicos que a los inteligentes el poder los marea, pero a los pendejos el poder los vuelve locos.

Es lamentable que México este en un punto de cinismo… Nunca pasa nada con funcionarios corruptos, es hora de que gente que sí quiere cambiar al país se integre en las cámaras

Al día de hoy y con perdón de quienes son mis amigos en el ámbito de la política, no he conocido a ninguno que su entrada al servicio público estuviere motivada por el servicio a la ciudadanía o al país. 

La casi totalidad de nuestros políticos, y pongo el casi como una atención con quien me pueda equivocar, entran a la política primero para cambiar su jodida realidad, porque quieren ir a restaurantes caros, porque quieren tener casa, camioneta, viajar, tener dinero y darse una vida que su talento no les puede dar. Sólo tienen talento para el mitote, la organización de grupos prometiéndoles cosas que saben no cumplirá y ser unos auténticos lambiscones con quienes deciden las candidaturas.

Mala consejera es la sordera o la ceguera selectiva en la política. El último trimestre del año pasado en México y sobre todo en Quintana Roo,  comprobamos de manera brutal que acallar un problema, impedir que éste salga en la prensa, lejos de contribuir a la solución, acelera el proceso de descomposición….¡Upsss!

GUILLOTINA. ¿Cómo será recordada la administración de Roberto Borge Angulo? ¿Será recordado Borge Angulo como el gobernador que logro reducir de la pobreza extrema y el crecimiento de la clase media, pacificando aquellos municipios  del estado  infestados por el crimen organizado y cambiando la forma de hacer política en Quintana Roo?


¿O pasará a la historia como un mandatario  incapaz de controlar a los políticos jurásicos de su partido, que creó muchísimas expectativas, pero que fue incapaz de cambiar el rumbo político y económico del estado, dejando como legado una entidad  aún más violento, más desigual y más pobre?..... ¡Zas!