NO
SON LOS MILITARES, ES AGUIRRE
Los capos
de Guerrero, narco estado: De izq a der: Jesús Ortega, Marcelo Ebrard, Ángel
Aguirre, Luis Walton
¿Alguien
puede pensar con sensatez que meses después de los hechos los jóvenes pueden
estar dentro de un cuartel?
EXCELSIOR Por: Jorge Fernández
Menéndez 15/01/15
Las
provocaciones de los miembros de la CETEG, acompañados por algunos familiares
de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, en contra de cuarteles militares en
Iguala y Chilpancingo, pudieron haber terminado en una tragedia, que es quizá
lo que buscaban quienes las organizaron.
No se
puede atacar un cuartel militar con bombas molotov, robar camiones de carga y
lanzarlos contra sus puertas para tratar de ingresar por la fuerza y pensar que
no va a haber reacción de los encargados de su defensa. En realidad hay que
alabar a los soldados y oficiales que no hicieron uso de sus armas en forma
letal contra los atacantes, porque eso es lo que hubiera ocurrido en una
situación similar en cualquier parte del mundo. Uno pensaría también que en el
exterior del cuartel habría fuerzas de seguridad civiles para evitar tales desmanes,
pero sabemos que en el Guerrero de Rogelio Ortega eso es imposible, aunque los
atacantes sean unas decenas de personas enmascaradas que no se sabe si son
maestros, normalistas o simplemente provocadores profesionales.
El
argumento que enarbolan para esas agresiones es que quieren revisar los
cuarteles, porque dicen que allí pueden estar los jóvenes desaparecidos. Es una
estupidez, pero una estupidez que algunos hacen suya por razones políticas. Los
jóvenes no están en ningún cuartel: no hay una sola prueba, un dato que lleve a
eso, y por el contrario existe una exhaustiva investigación de la PGR que
explica qué sucedió con ellos, misma que ha sido ratificada con los resultados
de ADN verificados en un instituto de Innsbruck, en Austria. Uno de los padres
dice que el geolocalizador del celular de su hijo decía que estaba dentro del
cuartel. Por una parte, lo único que se exhibe en ese sentido es el propio
dicho, pero más allá de eso ¿a quién se le ocurriría realizar una acción
represiva de ese tipo de quedarse con los celulares de las víctimas o con
cualquiera de sus pertenencias? ¿Alguien puede pensar con sensatez que meses
después de los hechos los jóvenes pueden estar dentro de un cuartel?
El ataque
a los cuarteles es una escalada de las provocaciones que están llevando
adelante los miembros de la CETEG, que son los que manipulan a los familiares y
a los normalistas. Y muchos aseguran que buena parte de esa puesta en escena la
dirige el gobernador con licencia Ángel Aguirre, mientras que su sucesor,
Rogelio Ortega, lo que busca son alianzas con esos grupos, quizá para que en
caso de que se suspendan las elecciones, él mismo pueda permanecer un tiempo más en su cargo.
Lo cierto
es que el papel de Aguirre en el PRD local sigue siendo increíblemente sólido:
ya ha quedado claro queArmando Ríos Piter renunció a buscar la candidatura
porque desde la propia dirigencia perredista se le pidió que se reuniera con
Aguirre para que éste le diera su beneplácito a cambio de impunidad, a lo que
Ríos Piter se negó. Lo increíble es que se lo solicitaran: Aguirre es uno de
los presuntos responsables de los hechos de Iguala. No sólo por la estrecha
relación que mantenía con el matrimonio Abarcay, sobre todo, con María de los
Ángeles Pineda, sino también por su negligente actuación en los días
posteriores a la desaparición, cuando primero no se ocupó del caso y luego
difundió la versión de que en realidad los jóvenes estaban escondidos en Iguala
e iniciaron una absurda búsqueda casa por casa. Aguirre durante toda la primera
semana no hizo nada, incluso en contradicción con su procurador Iñaky Blanco, y
fue hasta que la PGR tomó la investigación, una semana después, cuando se
comenzó a saber qué había ocurrido.
El PRD se
resistió durante semanas a exigirle a Aguirre que pidiera licencia, lo hizo
cuando su situación era ya insostenible y ahora, resulta que Aguirre pondrá
candidato y es el fiel de la balanza para ese partido en el estado.
Por eso,
para la CETEG y asociados, la lucha pasa por acusar al gobierno federal, a los
militares, a quien sea, menos al exgobernador, que es uno de los verdaderos
responsables y que por alguna extraña razón aún goza de libertad. Manejaba
antes y maneja ahora a esos grupos. ¿Una demostración más? La defensa a
ultranza del PRD de Nestora Salgado, esta mujer que fue líder de las
autodefensas de Olinalá, grupos con estrechas relaciones con organizaciones
armadas, y que está acusada de decenas de delitos, incluyendo medio centenar de
secuestros. Hay pruebas, testimonios de sus víctimas, al momento de ser
detenida se liberó a varios secuestrados que estaban en cautiverio, portaba
armas largas y las usaba contra sus rivales.
Ahora, el
PRD exige su liberación, respaldada por Aguirre y Ortega, mientras acusan a las
organizaciones civiles que encabezan Alejandro Martí e Isabel Miranda de tener
intereses políticos para mantenerla encarcelada. Como dijo Martí, buscar la
liberación de Nestora desde el propio gobierno estatal es la mejor demostración
de que el verdadero control en Guerrero lo tiene un grupo político con
intereses en la guerrilla y el narcotráfico.
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